viernes, 10 de septiembre de 2010

Simón

Simón era un chico tímido, su vida había transcurrido entre libros y la sobre protección de unos padres demasiado mayores como para que su niñez hubiese sido la de otros pequeños.
Con kilos de más, ropa de abuelo y demasiado inteligente, solo encontraba consuelo en los libros. Entendía perfecta mente los diálogos de los adultos y era capaz con once años de discutir con cualquiera sobre política, religión, literatura o cualquier tema que surgiese.
En pocas palabras, era el típico niño repelente.
A los dieciocho años eligió una carrera que le obligó a desplazarse de ciudad; su andadura en solitario comenzaría en breve. El primer año, lo pasó igual que en la escuela; aislado y ensimismado en los libros, pero todo cambió una noche.
El calor agobiaba a la noche,era Viernes y las calles bullían en un mar de ir i venir de jóvenes con copas en las manos. Simón no lograba concentrarse, así que decidió subir a la azotea.
Se instaló en el rincón más oscuro y fresco de la misma, escuchó ruidos y permaneció quieto y en silencio, no quería que nadie supiese de su lugar secreto; desde allí contemplaba toda la planta sin que nadie pudiese advertir su presencia.
Era una chica joven, estaba también la universidad, llevaba una botella en la mano y se la veía ebria. Reía y bailaba a la luz de la luna, su vestido de lino blanco flotaba en el aire a cada vuelta que daba dejando entrever una figura preciosa. Su cara era la de un ángel, su sonrisa le iluminaba toda la cara y sus ojos celestes competían con la luz de las estrellas. La larga y suelta cabellera rubia golpeaba en cada giro sus carnosos labios que adoptaban una posición excitante al beber de la botella de ron.
En uno de los giros cayó boca arriba y se quedó contemplando las estrellas; de pronto, alguien o algo se interpuso en su visión celestial para preguntarle algo. Al estar en contra luz, no reconocía al chico, pero se le antojó apetecible y divertido para ese estado en el que se encontraba.
Cuando cayó, corrió a socorrerla. Era preciosa ,allí tirada, voluble, sonriente. De pronto se sintió presa del pánico .¿Que hacía allí?, ¿que estaba pasando?. La chica lo arrastraba del brazo hasta ponerlo sobre ella. notaba el cuerpo jadeante por el esfuerzo de la joven. Los pechos palpitaban y querían librarse de ese vestido. Su boca se fundió en un largo y cálido beso que le hizo sentir la erección de su vida.
Vaya con el Batman, pensó la joven, parece que la pistola la lleva cargada, y no es pequeña. Se dijo mientras lo besaba. Lo apartó hacia un lado y comenzó a desnudarse.
Notó como la chica intentaba desprenderse de él. No quería, pero no le quedó mas remedio que apartarse a un lado. Tenía una erección descomunal. Sentía que todo se había acabado cuando vio que la chica comenzaba de nuevo a danzar, beber y ¡Desnudarse!. Pronto quedó solo tapada con un minúsculo tanga transparente que solo cubría un bello púbico recortado y oscuro. Sus pechos eran enormes, lechosos con una gran aureola rosada y unos pezones que se iban endureciendo a medida que brincaban por la azotea.
Simón no lo dudó y comenzó torpemente a desvestirse. Pronto estuvo a su lado precedido por la gran verga que rozaba a la chica y comenzaba a gotear de impaciencia.
Cuando quiso darse cuenta, una enorme poya estaba rozándola por todas partes, así que con un enorme calentón, se arrodilló y comenzó a chupar aquella maravilla de la naturaleza que pronto la haría llegar a la gloria.
Simón no podía creerselo, una impresionante rubia chupandosela en pelotas. Sus manos no daban a basto. Su cuerpo no le permitía mucha movilidad, así que apenas podía tocar los pechos de la chica, ya que al intentar quitarle el tanga y tocar más, le suponía un esfuerzo enorme, decidió entonces solo sobar las tetas. Pronto desparramó una enorme lefada en la boca de la chica, que lejos de amilanarse siguió succionando como si con ella no fuese la cosa. De pronto, dejó de chupar, escupió el poco semen que le quedaba y le dio un gran buche a la botella, ofreciéndosela después al chico que la denegó.
Vaya verga pensaba mientras intentaba abarcarla con toda su boca, en ese afán de tragarla entera, y debido a la anestesia producida por el alcohol y las drogas, no notó como el semen corría por su garganta hasta que se hubo tragado casi todo. Eso le dio un poco de asco, así que decidió beber algo más y que el ron depurase...

3 comentarios:

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  2. Del voyeurismo a la acción, !ya era hora chico! Nada nuevo bajo las azoteas, lo mismo que en "ventana indiscreta", sin primáticos, !al tajo precedido por la verga, conste! (no sé como no se tropieza el chico en los ímpetus)
    Hay que gosaaar que se acaba el verano y aluego en otoño el repelús no permite tejados en pelotas. Entre jadeo y jadeo me quedó un par de vocablos novedosos: POYA que no polla o verga o pistola o porra o mandoble o pene o...curioso. La otra; LEFADA que no lechada, o seminada o corrimiento o "lleterada" en catalán. Siempre se aprende.
    Le recomiendo a Simón que sea más creativo y menos embestidor, que a veces lo de menos es el "calibre" del arma y lo más, el complicado ejercício del sexo sin premuras. Pero como pintas a la tópica rúbia calentona, pues...vete a saber.

    Los pechos palpitan lechosos, vaya por donde.

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